jueves, 30 de abril de 2009

II.- Significado y significante


Barthes retoma la explicación de Saussure sobre significado y significante, como componentes del signo. Pero también explica cómo estos términos pueden generar confusiones terminológicas en diversos estudios y visiones lingüísticas (en comparación al término signo). Entonces, señal, índice, ícono, símbolo, signo y alegoría pueden llegar a tener acepciones parecidas sino idénticas en ciertos autores, y totalmente disociadas en otros. Pero todo esto se resuelve desde que Saussure encontró los términos significante y significado, desechando la antigua ambigüedad que rodeaba al signo, el cual tendía a confundirse con significante. Pero Saussure no solo logró con esto derrotar la ambigüedad, además nos entrega el principio de la doble articulación. El signo está compuesto entonces, por significante y significado, los cuales se encuentran en el plano de la expresión y el plano del contenido respectivamente, los cuales están compuestos (gracias al aporte de Hjelmslev) de forma y sustancia. Desde aquí se puede entrar en el signo semiológico desde una comparación hacia el signo lingüístico, ya que este también está compuesto por un modelo de significante y significado, pero se aleja del mismo en el nivel de las sustancias, ya que estos están determinados por la sociedad, por lo tanto su materia no sería del todo igual al signo lingüístico. En el plano del significante, ambos signos se parecen mucho, este no es más que un mediador, pero esta similitud nos entrega una relación contractual entre significado y significante. Esto en el signo lingüístico, pero en el plano de la semiología se planteará que la motivación es mucho más importante, ya que probablemente fuera de la lengua se encuentran sistemas de signos ampliamente motivados, por lo que las analogías con su par lingüístico deberán ser más cuidadosas.

Barthes, Roland "La aventura semiológica" 1990, Paidós Comunicación, Barcelona

I: lengua y habla


La lengua es el “lenguaje menos la palabra: es la vez una institución social y un sistema de valores”, entendiendo que en el ámbito social cada hablante no puede cambiarla ni crearla pues constituye un “contrato colectivo”.
La única forma de “dominar” esta entidad es mediante el aprendizaje de los componentes de esta, elementos contractuales que poseen un valor específico.
El habla por otro lado, es el acto individual mediante el cual el sujeto logra expresar lo que piensa y siente. “El habla es esencialmente una combinatoria: corresponde a un acto individual y no a una creación pura”, esto debido a que cada hablante utiliza los mismos elementos que los demás.
Lengua y habla coexisten en una relación dicotómica en donde no se puede concebir la una sin la otra pero cada una es una entidad en particular. Para Saussure es el habla quien hace evolucionar a la lengua, creándose de esta forma una relación dialéctica; la lengua es producto e instrumento del habla, sin embargo sólo se concibe una ciencia de la lengua.
Desde el punto de vista de la semiología aparecen problemas; el primero de ellos es lo que da origen a la relación dialéctica lengua/habla. En este sistema la lengua es elaborada por un grupo selecto, por lo que el signo tiene un carácter arbitrario. De estos lenguajes fabricados el usuario extrae “las hablas”.
El carácter artificial antes mencionado, sin embargo, no coarta la capacidad dialéctica de las dos instancias, en parte porque este “contrato no deja de ser observado por la masa de los usuarios” y también porque estás “lenguas elaboradas están sometidas a la determinación colectiva”
Otro problema que plantea, es el “volumen” que se establece entre lenguas y hablas, es el sentido en que la lengua es “un conjunto finito reglas” y las hablas, que se generan al amparo de estas mismas reglas, tienen un número prácticamente infinito.

Barthes, Roland "La aventura semiológica" 1990, Paidós Comunicación, Barcelona

miércoles, 29 de abril de 2009

Y la semiología...

La descripción semiológica intenta ampliar el concepto del estructuralismo, lanzándolo fuera del marco de la lingüística.
Para Barthes la semiología es la ciencia de todos los sistemas de signos. En su obra advierte que está (la semiología) aún en proceso construcción, pero a lo largo de su exposición el concepto y la concepción del término se va solidificando hasta alcanzar un objetivo: reconstruir el funcionamiento de los sistemas de significación distintos de la lengua, de acuerdo con el proyecto mismo de toda actividad estructuralista.
“Estos elementos de la semiología se agruparan por consiguiente bajo 4 grandes secciones, surgidas de la lingüística estructural: I lengua y habla, II significado y significante, III sistema y sintagma, IV Denotación y connotación.” (Barthes, 21)”


Barthes, R. La aventura semiológica, 1985.

viernes, 24 de abril de 2009

Estructuralismo y Semiología


¿Qué es el estructuralismo?

El estructuralismo es un enfoque metodológico para las ciencias humanas, como lo es la lingüística. Para entender el estructuralismo, debemos concebir el concepto de estructura como un sistema. Esto implica que todos los elementos estudiados, analizados o considerados por esta metodología se encuentran interrelacionados, y son dependientes unos de otros. Esto quiere decir, que, si un elemento del sistema cambia, todos los elementos restantes necesariamente tendrán que cambiar. Si una parte del sistema cambia y el resto no lo hace, ya no podemos hablar de estructura.